Sello Unesco, una carrera de fondo

Lo decía Christoph Strieder después de la reunión mantenida en Valladolid con la consejera de Cultura: «Es un trabajo que nos va a llevar muchos años, pero debemos emplearnos a fondo para conseguirlo». El objetivo del Ayuntamiento de Zamora de obtener la declaración de Paisaje Cultural Mundial por parte de la Unesco va a costar sudor y lágrimas a toda la ciudad. Tanto el Consistorio como la plataforma Zamora 10 han mostrado ya su disposición de estrechar la colaboración para recibir el ansiado marchamo de calidad de Naciones Unidas, pero el organismo internacional quiere más. Quiere implicación social, quiere que Zamora y los zamoranos le demuestren que están y deben estar por encima de otras candidaturas. Quiere, en definitiva, que esta capital se gane con esfuerzo el distintivo de protección que tantas alegrías puede dar en el futuro.

En menos de un mes, el Ayuntamiento de Zamora ha de entregar ante la Junta de Castilla y León un documento, suerte de anteproyecto, que describa por qué la ciudad tiene que ser declarada como Paisaje Cultural Mundial por la Unesco. Documento que deberá ser completado por los técnicos regionales y posteriormente ser presentado ante agentes ministeriales mucho antes, si quiera, de que entre en juego el organismo de Naciones Unidas para la protección de la ciencia, la educación y la cultura. Toda vez pasadas estas cribas, Zamora entraría en la denominada Lista Indicativa y es entonces cuándo comenzará la hora de la verdad. Pero, ¿qué es esa lista?

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