Tener ideas en Zamora, un delito social

En esta ciudad pretérita, sales a la calle y, a la vuelta de la esquina, te encuentras con la envidia. La gente vulgar vive con un solo objetivo: que nadie destaque, que no haya alguien, hombre o mujer, que triunfe, que tenga éxito; que no se piense, porque ese verbo desvela la verdad.

Como aquí se persigue la idea y el talento, el club de los mediocres, que abunda en el periodismo e instituciones públicas, partidos políticos y tertulias cafeteras, dedica sus afanes a destruir a cualquier zamorano que anhele crear, juntar, unir, vincular y romper el eslabón de esa cadena que nos impide avanzar hacia el progreso y nos ata al pretérito. Patético que ses copian ideas ajenas. Verbigracia: el Plan Zamora lo parió Zamora10. Pero la Cámara de Comercio de lo apropió. ¿Cómo definir este gesto?

Artículo de opinión completo: El Día de Zamora (Eugenio-Jesús de Ávila).